Llegó sin avisar, no fue el “Efecto 2000”, ni si quiera el “Fin del Calendario Maya en 2012”, tuvo que llegar el 2020 para que una nueva pandemia nos diera de bruces con la triste noticia realidad. Esta sociedad no podía más.
Los jóvenes estamos viviendo esta situación con perplejidad, pues algunos jamás pensamos que esto pudiera repetirse otra vez, con los avances que nuestra sociedad posee en todos los sentidos. Parece ser que no somos tan modernos como decimos.
Los cofrades nos enfrentamos a nuestros mayores miedos, ver como todo se desvanecía por momentos, y nuestra celebración no sería como todos esperábamos, este año no íbamos a ver a nuestros Sagrados Titulares recorriendo su feligresía.
Todo lo que durante el año veníamos preparando no servía ahora de nada; ahora las prioridades son otras. Las Hermandades tenían ahora la enorme responsabilidad de organizarse desde las casas de sus hermanos, para que así la maquinaria nunca dejase de funcionar, y que así lo extraño se convirtiera en algo un poco menos “normal”.
Pero si de algo nos ha servido la Covid-19, es para darnos cuenta de las auténticas carencias de esta sociedad, y ver que lo que verdaderamente importa es ayudar a los demás, más aún cuando esta situación se ceba con los que menos recursos tienen.
Es la situación a la que nos enfrentaremos cuando la pandemia cese, y a la que las Hermandades y todo lo que en ellas se engloba, deberán hacer frente, para paliar esta situación.
A los jóvenes esta situación nos ha tocado de lleno, y no solo por lo que en primera persona puedo contar, sino por todos los jóvenes que formamos la Juventud Crucera, y a los que la pandemia nos ha sorprendido en mitad del curso académico sin saber con exactitud como va a terminar todo esto. En los Grupos Jóvenes, ellos deben encontrar un apoyo al que poder acudir cuando la situación los supere, y que así exista un equilibrio común, incluso ayudarnos en tareas escolares, o por simple diversión.
Diferente el caso de nuestros pequeños, nuestra Infancia Crucera, qué hacer con nuestros niños cuando deberán quedarse en casa semanas; la respuesta es fácil, al igual que con nuestros jóvenes, mostrar apoyo a las familias, y haciendo gala de nuestra forma de actuar, facilitarles actividades para que el confinamiento se les pueda hacer un poco más ameno, y los días puedan pasar rápido.
Nos han abierto los ojos para que sepamos valorar lo que antes ni si quiera tenía algo de interés, todo tiene un principio y un final, y hasta aquí llegó esta historia, toca vivir una nueva era.
Esta es la visión de un joven, que se asombra cada vez que abren los Telediarios y ve como el mundo de un momento a otro ha tenido que cambiar su forma de actuar y funcionar, y más pronto que tarde tendremos que volver a una “extraña” normalidad, pero mientras tanto, a nuestros pequeños y jóvenes, ¡¡esa sonrisa siempre por bandera y arriba con la Juventud Crucera!!
Juventud Crucera de La Algaba 